sábado, 21 de abril de 2012

Paranoia, Esquizofrenia, Autismo por Stella Maris Piñeiro

Seguramente Ustedes pensarán: “Stella Maris se equivocó de Sección al publicar este artículo”. ¿Qué hace esto en Numerología?
No, no es un error. Las enfermedades del espíritu tienen su contraparte en el cuerpo y es especialmente terrible cuando sus consecuencias están en el cerebro.
Veamos primero la definición de estas tres enfermedades, pero vistas desde un marco diferente: el del alma, gracias a los muy acertados conceptos de un libro maravilloso: El gran Diccionario de las Dolencias y Enfermedades de Jacques Martel:
“La psicosis es una enfermedad mental mayor, que trastorna gravemente la existencia psíquica de la persona en sus relaciones consigo misma y con el mundo exterior, esto provoca la alteración de la conciencia de sí, de los demás y del mundo exterior, de la afectividad, de la inteligencia, del juicio, de la personalidad, lo que se traducirá por un trastorno marcado del comportamiento exterior, ya que el sujeto vive como si fuera extraño a este mundo.
La paranoia y la esquizofrenia son psicosis. Al padecer estas enfermedades quiero huir de quien soy y escaparme de este cuerpo que no acepto. El enfermo se siente tan mal que tiene la sensación de ya no tener identidad, habiéndome dejado invadir por la gente que me rodea.
Tengo una débil estima de mí y busco por todos los medios que me quieran y me dediquen atención. La psicosis puede también estar causada por un acontecimiento en el cual viví un impacto emocional tan grande que quise cortar con la realidad, ya que mi mente no entiende ¡por qué esto me debe suceder a mí! Estos acontecimientos muchas veces se ocultan en mi subconsciente, pero aún están allí y más tarde o más temprano deberé enfrentarme con ellos para integrarlos y aprender la lección de vida vinculada a ellos. Al liberar de su cárcel mental estos acontecimientos que me controlan inconscientemente y que me hacen actuar de modo impulsivo, es como podré retomar el pleno control sobre mi vida y viviré en paz conmigo mismo.
La psicosis infantil, por su parte, puede resultar de una relación perturbada entre el niño y sus padres. Siendo niño, puede vivir un rechazo vinculado a la rebelión inconsciente de mi madre (odio de Blanca hacia su padre) o porque el niño está sometido a revelaciones sexuales demasiado precoces para ser integradas, etc.
El niño se encierra en un estado de indiferencia, inercia y estancamiento en cuanto a su desarrollo mental o se encierra en un mundo aparte que deja de ser comunicable y que sirve de medio de protección. Es como si fuera capaz de hallar su lugar y de asumirse. Se encierra en una “separación protectora” habiendo vivido un profundo rechazo o una “sequedad afectiva”, teniendo la impresión de no poder ser lo que sus padres quieren que sea, éstos no se dan cuenta porque están controlados por sus miedos, deseos, temores, y fantasmas hacia su hijo.
PARANOIA
El comportamiento paranoico puede considerarse como un síndrome que nace de un sentimiento de inferioridad teniendo el valor de una protesta, compensación, revancha o castigo. La paranoia se define como una psicosis caracterizada por la sobre estima de sí, la desconfianza, la susceptibilidad, la rigidez psíquica, la agresividad y provoca un delirio de persecución.
Sin embargo si soy paranoico, sigo conservando mis capacidades intelectuales. La persona afectada de paranoia, tiene obsesiones, ideas fijas, en las cuales se concentra toda su atención. (Voces que escuchaba el paciente).
Si estoy afectado de paranoia, me siento víctima de todo lo que me sucede y estoy constantemente a la defensiva. Mis heridas emocionales, mi gran sensibilidad, los miedos que me habitan y mis pesares también, particularmente frente a mis experiencias que juzgo como fracasos, al no haber recibido todo el éxito que había esperado, todo esto me lleva a huir y cortarme de una realidad con la cual me es difícil transigir.
El paciente debería tomar consciencia que sus pensamientos negativos, obsesivos, son nefastos para él y debería tomar interés en asumir cada vez más sus responsabilidades frente a la vida, siendo capaz de crear ésta como lo desea.
ESQUIZOFRENIA
La esquizofrenia es un modo de esconderse y esconder a los demás la auténtica identidad. Frecuentemente el esquizofrénico creció en un marco familiar muy rígido en el cual perdió su verdadera identidad. Al no saber ya quien es, decide entonces volverse otro.
Es un rechazo total de su YO SOY. Lo que vive es tan intenso que su estado esquizofrénico se vuelve solución de desesperación a un estrés demasiado grande; tiene la sensación que no hay solución a su situación, por lo tanto su única suerte de supervivencia es huir.
Las personas que padecen esquizofrenia poseen frecuentemente un intelecto muy fuerte y tienen la necesidad de comprender lo que les sucede en vez de aceptarlo simplemente. Como esquizofrénico, suele vivir en un clima de amenaza y el miedo se apodera de él.
A veces ocurre también que al tener grandes dones psíquicos, los desarrollan de modo exagerado. Vivimos todos, esquizofrenia, en un porcentaje más o menos elevado. En efecto, si he registrado una herida interior en mi infancia (sobre todo entre 0 y 12 años) bajo forma de rechazo, sumisión, ira, incomprensión, abandono, etc., tendré tendencia en desformar la realidad cuando en mi vida de adulto, se produce la reactivación de esta herida por algún acontecimiento.
Es como si desarrollase mecanismos, a veces inconscientes, para impedirme volver a vivir el dolor o el recuerdo que pude vivir anteriormente.
Entre estos mecanismos de defensa, anotemos el hecho de cambiar inmediatamente de tema cuando se acaba de abordar una situación en la que me sentí herido; puedo tener un comportamiento incoherente cuando se toca un tema como por ejemplo ir a buscar la sal en la nevera, lo cual pasará por ser una “distracción”, etc.
El paciente debería volver a tener interés en volver a descubrir el ser maravilloso que es y a aceptar la responsabilidad de su vida.
Autismo
El autismo es el rechazo último de enfrentarse a la realidad física del mundo exterior, lo cual trae una forma de repliegue sobre mi mundo exterior en el cual reinan lo imaginario y los fantasmas. Huyo de una situación o mi entorno porque me duele demasiado, o porque veo mi sensibilidad maltratada.
Mi pena, mi tristeza o mi desesperación son tan grandes que me “corto” de lo físico mientras sigo teniendo este mismo cuerpo físico. El mundo exterior me aparece como hostil y amenazador. El hecho que yo, como persona autista, me haya “encerrado” voluntariamente en mi “burbuja” hermética implica que recibe miles de informaciones al día que están “almacenadas” y “guardadas” en mi mundo interior en vez de intercambiar éstas con otras personas. Me hallo en un agujero negro, una carretera que me parece sin salida. Tengo la sensación de que los criterios que debo alcanzar son tan altos que es más fácil retractarme dentro de un mutismo en vez de tener que superarme constantemente y tener que “rendir cuentas” a otros (padres, profesores, autoridad, jefe, etc.).
Es posible tratar este tipo de caso, pero las curaciones serán mucho más interiores que exteriores, suponiendo que existan. De cualquier forma, mi entorno debe ser capaz de comunicar a partir del interior (o del mundo interior) conmigo para llevarme a conectarme de nuevo o más con el mundo físico. Así, proyectándome en mi mundo interior, se puede tomar contacto mejor conmigo y reconocer mejor mis necesidades y mis miedos para que pueda luego manifestar la confianza y la apertura necesarias para volver a conectar con el mundo físico.
Hasta aquí la definición de Jacques Martel.
¿Qué pasa con este tipo de personas? Los psiquiatras tradicionales los llenan de psicotrópicos, hasta tal punto que ya parecen autómatas, pero es imposible sanar a alguien si no se conocen las raíces de su enfermedad, lo único que logramos es que se conviertan en entes que, por lo menos, no nos molesten.
Pero un hombre o una mujer con su mente obnubilada por drogas no es ella misma y cada vez se aleja más la posibilidad de una sanación, lo único que se está generando es una humanidad drogadependiente, tal vez ese sea el objetivo: QUE SEAMOS TOTALMENTE MANEJABLES.
A través de la Numerología podemos llegar en algunas horas al fondo de los motivos que han suscitado esta situación, en la grilla numerológica están todos los indicios, si no alcanzara con el estudio de la persona afectada seguramente en el estudio de su entorno próximo esta la respuesta.
Los médicos, lamentablemente, son muy soberbios, no aceptan que una Ciencia como la Numerología pueda ayudarlos. Hace años que estoy bregando por el trabajo conjunto de psiquiatras, psicólogos y numerólogos, con esto sí se obtendrían resultados maravillosos. Conociendo a fondo la causa, el tratamiento surge solo.
No soy psiquiatra, sólo puedo sugerir soluciones, pero trabajando con un profesional serio, tanto yo como mis colegas responsables podríamos sanar o mejorar estos cuadros que hoy entran prácticamente en el marco de la locura.
¿Cuántos enfermos recluidos en Hospitales Psiquiátricos serían pasibles de sanación o de poder llevar una vida prácticamente normal? Muchos…
Les expongo un caso que me ha tocado estudiar:
Ø Un matrimonio separado hace años.
Ø Tres hijos varones
Ø La madre ha formado una nueva pareja y los niños desde un principio viven con el padre.
Ø El hijo mayor, ya grande al momento de la separación, es perfectamente sano y vive en el exterior.
Ø El hijo del medio es esquizofrénico y tiene una mente poderosa que cuando se enoja produce fenómenos de telekinesia (movimiento de objetos con la fuerza mental)
Ø El hijo menor, el más sensible de la familia, además de esquizofrénico es autista.
Ø Encuentro indicios de abusos en la grilla de los dos menores, entonces le pregunto a la madre por esta situación.
Ø La madre me contesta que el niño del medio cuando era muy chico le contó que era víctima de abusos de parte de su padre, ella creyó que eran cosas de niños y no le hizo caso. A partir de ese momento los fenómenos telekinésicos se hicieron más intensos, era como estar leyendo el libro “Carrie” de Stephen King.
Ø Al hacer la grilla numerológica del padre descubro sus problemas homosexuales totalmente volcados a la pedofilia. Algo difícil de aceptar: el propio padre había abusado de sus hijos, aprovechando de la ausencia de la madre.
Ø El padre los hacia tratar con un psiquiatra que los atiborraba de psicofármacos.
Lo único que pude recomendar fue tratar de hablar suavemente el problema con los dos jóvenes y recurrir al Reiki para armonizar sus chacras y tal vez regresiones para hacer aflorar el problema.
Si el psiquiatra hubiera estado enterado de este problema probablemente el tratamiento hubiera sido totalmente distinto o no, pero hubiera habido otra salida para estos jóvenes, muy inteligentes y que ahora están perdidos para la sociedad.
El numerólogo es tratado como un brujo y lo único que hacemos, vuelvo a repetir, los profesionales serios, es interpretar los mensajes del Creador que vienen escondidos en los números del Nombre, Apellidos (paterno y materno) y la fecha de nacimiento. Las posibilidades de error son cero, si se estudian en su totalidad.
A veces me rebelo ante esta realidad que produce el absurdo cerrarse de las mentes humanas, pero sólo consigo que esto repercuta negativamente en mi cuerpo, por eso, junto fuerzas y sigo luchando para que la Numerología se reconocida en todo su “maravilloso poder de sanación”.

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